1- Vas a conocer mucho de cerveza
Hacer cerveza es un camino de ida. Una vez que lo tomés, es imposible volver. De a poco vas a hacerte un lector ávido de guías, textos y blogs sobre cerveza. Vas a conocer un montón de estilos. Y vas a querer cocinarlos en tu propio equipo.2- Vas a escabiar, perdón, catar un montón de cerveza
Siempre por el deseo de aprender y lograr una mejor cerveza vas a tener que probar un montón de birras. Artesanales, hechas por amigos, por colegas, por desconocidos... de estilos que jamás hubieras imaginado que existían. Tu paladar de va a ir refinando y tus gustos se harán más exquisitos3- Cuando te juntes con tus amigos, vas a ser el que ponga la birra
En toda juntada de amigos tiene que haber cerveza. Pero muchas veces hay menos de la que uno quisiera. Esos tiempos van a quedar atrás. Orgulloso de tu producto, vas a tratar de llevarlo a todas las reuniones sociales que puedas, para que lo prueben. Y si cocinás seguido, nunca va a faltar. Pero ojo, controlá a tus amigos. No sea cosa que alguno se ponga copetín.4- ¡No vas a tener que ir a comprar más al mercado!
Tus días de falta de provisiones cerveceras van a terminar. Ahora vas a poder tener tus propias reservas de birra, de los estilos que quieras. Ya no más depender de si el chino abre o no a las 9 de la noche, de si tenés envase o no para llevar. Y lo mejor, tu producto seguro será más rico que el que conseguís en el súper.5- Te vas a sentir Walter White
Hacer cerveza requiere de ciertos conocimientos de química. Rodeado de ollas enormes de acero inoxidable, probetas, instrumentos de medición, frascos de Erlenmeyer... controlando tu mercadería como si fuera oro. Es difícil que no se te suba un poco a la cabeza todo eso y te sientas el protagonista de Breaking Bad.6- Te vas a convertir en un snob de la cerveza
Cuando te digan que lleves una cerveza rubia vas a replicar que eso sólo es un vago indicador de color. Si te dicen que es muy amarga vas a responder que el IBU está tal como lo indica la guía de BJCP. Y sobre todo, cuando te pongan una cerveza industrial en la mesa y digan que "está buenísima", los vas a mirar con un dejo de desprecio.
7- Vas a crear tu propia marca
La cerveza se termina transformando un poco como en tu hijo. La mimás, la cuidás y hasta tenés que darle un nombre. Te vas a obsesionar con los logos potenciales, el diseño de las etiquetas, cajas, formato, estilo. Un trabajo tan obsesivo como maravilloso.
¿Convencido de que querés hacer cerveza? Es difícil no estarlo. Si querés hacer pero no sabés por donde arrancar, en Molicie estamos por dictar un taller de elaboración de cerveza que se realizará el 7 de febrero. Anotate ahora.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario