¡Por fin! Después de más de un mes y medio de luchar con hierros, soldaduras, argón y otras yerbas,el lunes cociné con mi equipito de 300 litros nuevo, 100% casero.
El cambio es bueno: pasar de tener impregnado el olor metálico a hierro, a disfrutar del aroma dulce de la malta y el olor penetrante del lúpulo.
Y es mejor todavía, porque desde hace más de un mes, también, que me quedé sin cervezas de mi propia cosecha. Casa de herrero, cuchillo de palo. Pero eso se va a solucionar pronto, porque en unas semanitas voy a tener más de 200 litros de birra -más que lo que nunca tuve- y por fin voy a poder apagar esta sed de cerveza.
Les presentamos a nuestro equipo nuevo
¡Bienvenidos! Pasen, pasen...
Costó un poquito adaptarse al cambio. Manejar las bombas, desenvolverse con volúmenes mayores de malta, lúpulo, soportar el calor infernal. Pero a pesar de eso, una Irish Red está en proceso. En diciembre ya la tendremos lista.
¿Se acuerdan que les conté de esas 3 ollas que me costaron tanto soldar? Acá están, brillantes y terminadas. Quedaron lindas a pesar de que me hicieron sacar canas verdes. Recorran la imagen y cliqueen los íconos para conocer en profundidad nuestra cervecería. Cuéntennos, ¿Les gusta la Molicie-cueva?
Costó un poquito adaptarse al cambio. Manejar las bombas, desenvolverse con volúmenes mayores de malta, lúpulo, soportar el calor infernal. Pero a pesar de eso, una Irish Red está en proceso. En diciembre ya la tendremos lista.
¿Se acuerdan que les conté de esas 3 ollas que me costaron tanto soldar? Acá están, brillantes y terminadas. Quedaron lindas a pesar de que me hicieron sacar canas verdes. Recorran la imagen y cliqueen los íconos para conocer en profundidad nuestra cervecería. Cuéntennos, ¿Les gusta la Molicie-cueva?
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